Sueño
Soñé que era un adulto en edad escolar recién llegado a una clase de adolescentes y que se quería integrar como un compañero más. Pero cualquier intento de acercamiento siempre terminaba en un rechazo total y absoluto.
Un día la profesora ideó un extraño juego. Nos sentó en círculo para que todos pudiéramos vernos las caras y nos propuso que escogiéramos un objeto imaginario con las manos y que lo pasáramos al vecino. No se podía hablar. Sólo podíamos mirarnos a los ojos y hacer gestos para hacer ver lo pesado o lo voluminoso que era. Todos coincidimos que era un juego muy estúpido, pero como había que pasar la hora allí sentados, comenzamos a jugar. El primero le pasó al segundo de muy mala gana un objeto imaginario sostenido con manos temblorosas indicando así el gran peso que soportaba. El objeto fue pasando de mano en mano y llegó hasta mí.
"¿Puedo improvisar?" pregunté a la profesora.
"Sí, si son sólo gestos y no hablas."
Entonces, sin decir palabra, me levanté del asiento y golpeé con los nudillos una puerta invisible que debería de abrir el compañero vecino, por cierto, uno de los líderes de la clase. Como me miró desconcertado y sin saber bien qué estaba haciendo, volví a repetir el gesto, pero encontré la misma respuesta. Me encogí de hombros y me arranqué algo de las orejas y de los ojos y me sorprendí. Entonces, con una sonrisa, le pasé el paquete que ahora sí aceptó.
Habíamos terminado la ronda cuando la profesora pidió que explicara mis gestos al resto de los compañeros. Les chocó cuando solicité que los interpretaran ellos. Todos fabularon sobre puertas cerradas o visitas incordiantes rechazadas, pero les sorprendí otra vez diciéndoles que acababa de hacer un experimento. Callaron y esperaron curiosos a mis palabras.
Veréis. Como sólo escuchaba silencio, tenía serias dudas de si estaba flotando en el espacio exterior de una nave espacial o no. Allí sabéis que los sonidos no se propagan porque está vacío, pero claro, aquello no podía ser porque respiraba, es decir, que por lo menos habría aire. Hice entonces el experimento de golpear mi pared para comprobar si estaba encerrado entre muros de algún rincón imposible y escuchar al menos los golpes. Pero no sonaron.
Entonces lo comprendí todo. Había algo que me impedía ver y algo que me impedía oír. Me quité las gafas negras impenetrables de mis ojos y me arranqué los cascos en los que sonaba la música de mi vida (tan alto que no podía dejarme oír la de los demás), y más tranquilo, regalé un paquete a mi vecino. Me hizo gracia que lo recibiera porque él tenía puestos cascos y gafas y a pesar de eso, supo recogerlo sin que se le cayera.
No dije nada más y me senté.
Todos comprendieron que era así tal y cómo me sentía estando entre ellos, que había hecho el esfuerzo de acercarme pero no me dieron ninguna oportunidad. A partir de entonces...
Pero en fin, ya se sabe lo que ocurre en los sueños. Lo normal es que se nos escape el final por la puerta de atrás y no nos acordemos nada más que de lo impactante...
Solo que mi sueño fue una excepción...
Un día la profesora ideó un extraño juego. Nos sentó en círculo para que todos pudiéramos vernos las caras y nos propuso que escogiéramos un objeto imaginario con las manos y que lo pasáramos al vecino. No se podía hablar. Sólo podíamos mirarnos a los ojos y hacer gestos para hacer ver lo pesado o lo voluminoso que era. Todos coincidimos que era un juego muy estúpido, pero como había que pasar la hora allí sentados, comenzamos a jugar. El primero le pasó al segundo de muy mala gana un objeto imaginario sostenido con manos temblorosas indicando así el gran peso que soportaba. El objeto fue pasando de mano en mano y llegó hasta mí.
"¿Puedo improvisar?" pregunté a la profesora.
"Sí, si son sólo gestos y no hablas."
Entonces, sin decir palabra, me levanté del asiento y golpeé con los nudillos una puerta invisible que debería de abrir el compañero vecino, por cierto, uno de los líderes de la clase. Como me miró desconcertado y sin saber bien qué estaba haciendo, volví a repetir el gesto, pero encontré la misma respuesta. Me encogí de hombros y me arranqué algo de las orejas y de los ojos y me sorprendí. Entonces, con una sonrisa, le pasé el paquete que ahora sí aceptó.
Habíamos terminado la ronda cuando la profesora pidió que explicara mis gestos al resto de los compañeros. Les chocó cuando solicité que los interpretaran ellos. Todos fabularon sobre puertas cerradas o visitas incordiantes rechazadas, pero les sorprendí otra vez diciéndoles que acababa de hacer un experimento. Callaron y esperaron curiosos a mis palabras.
Veréis. Como sólo escuchaba silencio, tenía serias dudas de si estaba flotando en el espacio exterior de una nave espacial o no. Allí sabéis que los sonidos no se propagan porque está vacío, pero claro, aquello no podía ser porque respiraba, es decir, que por lo menos habría aire. Hice entonces el experimento de golpear mi pared para comprobar si estaba encerrado entre muros de algún rincón imposible y escuchar al menos los golpes. Pero no sonaron.
Entonces lo comprendí todo. Había algo que me impedía ver y algo que me impedía oír. Me quité las gafas negras impenetrables de mis ojos y me arranqué los cascos en los que sonaba la música de mi vida (tan alto que no podía dejarme oír la de los demás), y más tranquilo, regalé un paquete a mi vecino. Me hizo gracia que lo recibiera porque él tenía puestos cascos y gafas y a pesar de eso, supo recogerlo sin que se le cayera.
No dije nada más y me senté.
Todos comprendieron que era así tal y cómo me sentía estando entre ellos, que había hecho el esfuerzo de acercarme pero no me dieron ninguna oportunidad. A partir de entonces...
Pero en fin, ya se sabe lo que ocurre en los sueños. Lo normal es que se nos escape el final por la puerta de atrás y no nos acordemos nada más que de lo impactante...
Solo que mi sueño fue una excepción...
16 comentarios
mox -
Tharsis -
mox -
lunaaaaa -
lunaaaaa -
mox -
Tú eres la sincera. Lo sabes...
lunaaaaa -
¡eres adivino!(esto es por tu comentario en ALMIBAR)
lunaaaaa -
mox -
Muralla, je,je,je, como ya le he dicho a Serch antes, si en una clase eres un marginado tienes que hacer mucho más que esto, para dejar de serlo.
Lo más normal entonces, es ir a tu bola y pasar de los demás defendiendo, eso sí, tu parcela de espacio a muerte.
Y por eso tienes razón, no hubiera funcionado.
Un abrazo abrazao
coco,pues la verdad es que me gustaría que me sorprendieran invitándome a dormir en una habitación a rebosar de ardientes velas perfumadas que me llenen de aromas de geranio o madreselva, con un edredón de raso negro ligero... el resto imagínatelo.
Chihiro, ja,ja,ja es que estoy de Don Moralinas Edificantes ;-).
Chihiro -
Chihiro -
coco -
muralla -
Abrazaos abrazos.Muralla.
Abrazaos abrazos.
lunaaaaa -
Un Abrazo con Cariño
mox -
Serch -
-lo digo xq tristemente, los niños seguro que se hubieran reido de tu original actuación y te hubieran seguido marginando... así son de majetes. Pero que carajo! es un bonito sueño.