El laberinto
Estos días, las calles se han puesto ya definitivamente la bufanda, el abrigo y los guantes. He colgado eso de vestir de buena mañana un suéter de manga corta con un jersey de manga larga y quitarme la manga larga a medio día para sentir el sol tibio en la piel. Sólo quedan cuatro meses para volver a hacerlo.
Disfruto ahora del invierno de nariz roja, lleno de luz amarilla y camisetas interiores de esas forradas de pelo y añoro los frotes enérgicos por todo el cuerpo que me daba mi madre al meterme en la cama por las noches para que el pesado frío fuera ligero y amable con mis huesos de niño.
Tengo flases de gorro triángulo de lana con una bola en la punta, de orejas de hielo a punto de romperse, de río sin agua congelado a rodales y bordeado de groseras y salvajes malas hierbas pintadas delicadamente de blanco escarcha en mitad del cauce.
Me doy la vuelta mirando al cielo, y me aferro al poste de la portería y giro a la velocidad de la luz y me suelto y mareado el cielo es tierra y la tierra, cielo y me caigo al cielo, y para tomar constancia de la tierra pego mi cara contra él y muerdo arena. El otro, el que me ha retado a ver quién aguanta más tiempo de pie después de girar alrededor de los postes de la portería se ha soltado ya del suyo, y está junto a mí, intentando agarrarme de las manos para frenarse en su caída desde la tierra al cielo y me mira riéndose... y vomita entre ahogos.
Como en la playa. Tan fríamente calurosa de baños sin bañador en aguas desiertas casi árticas.
Como en el día de la entrega de notas cuando le tengo que decir a Don Fermín que me da miedo cambiarme al instituto y ya delante de él, se me agolpan las palabras formando un tapón imposible de destapar.
Y vuelvo a las carreras, a jugar a la pelota después de clase, a caminar veinte minutos hasta casa, a comer y a veinte minutear caminando hasta el instituto y notando que las calles ya se han puesto la bufanda y que de un momento a otro se pondrán el abrigo y los guantes.
Y aquí sigo, en mitad de mi laberinto, solo y acompañado, siguiendo recto las vueltas que doy, encontrándome con paredes que me vuelven al principio y con otras que no me dejan seguir.
Imagen "Mutus Liber" de Dino Valls
14 comentarios
mox -
mox -
Un beso y que el 2007 sea aún mejor que el 2006
mox -
Yo te invito a tapitas de abrazos regados con versos de cava.
Un beso y muchas felicidades
mox -
Un beso y muchas felicidades en este 2007 para tí y tod@s l@s que te quieren
missing -
Me encanta cómo describes imágenes, sensaciones, transportándonos a esos lugares de ayer. Y lo del aliento en los zapatos me ha encantado!
Muchos besos, ahora sí no pienso volver a perderte!
Arca -
Muchas felices fiestas, y muchas risas y muchos besos y abrazos de los que más te gusten. Y que el año que empieza te de lo mejor durante todo el año.
Pero sobre todo, Moxi: que sigas siendo tan bonito.
Abrazos a porrón
Manuela -
Hace tanto tiempo que no vengo por aquí que se me olvidó hasta tu nombre, tal vez el mío también, porque al volver me reencuentro a mí misma, que sí que estaba perdida en alguno de mis laberintos. Todo esto lo digo con alegría porque nada pude enturbiarla: ni el frío, ni la soledad, ni el laberinto del minotauro. Al final, el frío puede ser econfortante si alguien nos da la mano y nos ayuda a entrar en calor, la soledad puede ayudar a valorar los momentos de compañía, y en cuanto al laberinto pues no está tan mal si tiene un minotauro para lograr su amistad.
Mox, que seas feliz con ese encanto de niño que tienes y con todos los que te rodean. Un beso grande
mox -
Un saludo y Felices fiestas.
mox -
Un beso lokura y Felices Fiestas
loku -
besazo y nos vemos a la vuelta
coco -
lokura -
Me ha encantado eso que hacia tu mami de frotarte el cuerpo como remedio contra el frio. Y que narices, me ha encantado este post.
besazo de campeonato y como no... helado.
mox -
Un saludo y encantado de conocerte.
sinofles -
es tiempo de navidad, el estereotipo dice q ha de ser frío, con nieve y un santa claus gordo y de rojo.
sin embargo en este otro lado del mundo, navidad es con treinta grados, con trajes de baño y niños lamiendo helados, gozando las vacaciones de verano, esperando que marzo nunca llegue.
el laberinto está, pero no es tal. giras y giras en linea recta, avanzas hacia atrás sin detenerte. sin embargo existe otro mundo que gira hacia un lado y avanza hacia adelante. tan solo mira hacia abajo en este minuto y veras una mano calurosa buscando estrechar la tuya...