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Erase Una Vez

Examen de Coincidencia

Examen de Coincidencia

- Ave María Purísimaaa
- Sin pecado concebida. Tú dirás hijo mío.
- Pues eso Padre, que me quiero confesar.
- ¿Has reflexionado tus pecados?
- He hecho un examen de coincidencia.
- Te escucho, te escucho.
- Pues nada, que me coincido con que veo una mujer y me da un no sé qué.
- Especifica, hijo, especifica.
- Que sí, que se me suben los calores
- ¿Los colores?
- Los calores, Padre, los calores.
- Tiene mala pinta esta lujuria, pedazo de obseso, digo hijo mío.
- Sí Padre, si, tiene razón... Sigo, ¿verdad?... Me coincido también en que me gusta mas la cerveza que a una mantis religiosa su marido y que estoy en tratamiento porque no puedo dejar de beber ni de noche ni de día (Angel de la Guarda dulce compañía).
- ¡Vaya por Dios! Avísame de vez en cuando si te vas al bar, ya sabes, para refrenarte esa gula.
- También me coincido con que me gustaría descansar mas tiempo, sin pesadillas ni estrés, como media hora más al día si hace falta y que me enfado mucho cuando los niños a las cuatro de la mañana me levantan de la cama para que les busque el osito que se les ha caído al suelo o cuando están en medio de una rabieta, me dan un puntapié y me rompen una pierna.
- ¡Angela María! ¡La pereza y la ira! Pero considera que no atentan contra tu vida, pobrecicos míos.
- Pues todavía no, pero no les de ideas... Bueno, también me coincido en que me gustaría ganar el gordo de Navidad y pudrirme de millones para beber, dormir y hacer locamente el amor, y si no lo consigo, enfadarme y pagarla con todo bicho viviente.
- ¡Pero hijo mío, piensa en todo lo bueno!. No seas avaricioso. El donativo que vas a hacer al cepillo va a ser de órdago.
- A la chica.
- A la grande... Pero espera que me acomode, encienda un cigarro y puedas seguir.
- Si queda poco, Padre. Me coincido también en que envidio a los avariciosos que les ha tocado el gordo de Navidad, los que duermen tranquilos, los que se ponen en su sitio para defender lo que piensan, los sanotes que comen y beben lo que quieren y sobre todo a los que se las llevan de calle, al huerto y a donde haga falta.
- ¡Qué indigno mártir eres!
- Por último me coincido en que me llenará de orgullo que mi hijo sea envidiado porque le toque esa lotería ganada a pulso de un buen trabajo que le guste y en el que duerma tranquilo defendiendo sus ideas sin ira para que la gente coma y beba bien y encima ligue con todas las mujeres del país.
- ¿Y no estás siendo soberbio?
- No Padre, no. Es que ayer vi a Arguiñano en Tele 5 y me dio por pensar.
- Ya. Bueno, hijo, si has terminado.
- No, esto ya es lo último. Me coincido también en que soy un cobarde, que pago las multas por mal aparcamiento y exceso de velocidad, no defraudo a Hacienda, no pongo lavadoras y regalo rosas.
- ¡Rayos! Perdona, hijo mío por el exabrupto, pero eso son cosas que no pueden consentirse. Te coincides demasiado con la gente y no lo consiento. Tienes que ser valiente, engañar a Hacienda, tener amigos en el Ayuntamiento que te quiten multas y no regalar tantas rosas. Lo único que haces bien es lo de ignorar la lavadora.
- Sí padre.
- ¡Anda! Vete, y ten paciencia, humildad, generosidad, templanza, caridad, diligencia y sé casto, pero sobre todo ¡Sé valiente! ¡No te coincidas tanto!... Ergo te absolvo... In nomine....
- Amén.

Y cuando salió de la consulta del psicólogo, después de haber pagado 30 €, pensó que debería tener paciencia con la lotería y seguir jugando a tope, que ya tocaría alguna vez, ser generoso y amar a cuantas más mujeres mejor, ser diligente, y llevarse rápidamente el dinero de las apuestas de los compañeros antes que lo hiciera el otro corredor, ser humilde y enfadarse un poco menos cuando viera que los demás no le hacían sus quehaceres, tener templanza en su papel de tirano de su grupo de trabajo, ser casto y sólo beber cerveza, vino, ron, ginebra y whisky y dejar la tónica, que al fin y al cabo es lo que alcoholiza y ser caritativo con sus amigos y pasar más tiempo con ellos que con la familia.
Era un buen negocio esto de ir al psicólogo en vez de al cura. Costaba dinero pero no se rezaba ni daba remordimiento de conciencia.

9 comentarios

Here -

Hola! pues soy psicologa y a pesar de eso me rei bastante! algo brusca la comparacion pero creo que es muuy buena.
¿Que es mas barato, pagarle al psicologo y salir como la fresca mañana del consultorio o dar una limosna y quedarse con un cargo de conciencia del tamaño de jupiter??
Besos...

Lulu -

Yo te confieso hijo, yo te confieso... que al final terminamos los rezando el padre nuestro...

mox -

Malasanta, je,je,je, te ahorras el rezar y el cargo de coinciencia, y aunque te cueste 36 leuros yo creo que te sale mas a cuenta.

Malasanta -

Como te pille el villano de "Seven", te hace trizas...
No está mal para ser una moxca.
Por cierto, mi psicólogo cobra 36 lauros y encima no es cura.

mox -

lunaaa, desempaqueto tus besos con magia.
Erin Me encanta que te encante, psicóloga. Ya veremos si más de un@ te pedimos consulta.
Bienvenida por aquí.

Erin -

Ja, ja, ja...Soy psicóloga y me encanta la comparación!

lunaaaaa -

Te agradezco los besos y el halago...pero reitero que esta historia me ha echo reir muchooooooooooo.......(Y ...quiza....reflexionar).
Besos empaquetados de Navidad.

mox -

Para bonitas tus poesías lunaaaa.
Te mando besos navideños.

lunaaaaa -

...Ya lo dijo Freud.....mientras aconsejaba darse un paseito en un crucero..para olvidar los traumas...

Que buenisima historia.....que ¿sutil?..Ironía.
Besos...Mox