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Erase Una Vez

La pecera

La pecera

Hoy he entrado de nuevo en la habitación.

Esta vez, al asomarme por el agujero, una succión me ha arrastrado dentro, me ha revolcado, dado la vuelta, y un movimiento peristáltico me ha conducido a ella.

Me sentía como tragado por una serpiente y veía perfectamente las contracciones de su cuerpo, que por dentro era rugoso, rojo, retorcido y sin fin jugando con mi oposición al avance, con mi terror a llegar al fondo. Me daba asco por lo viscoso de sus flujos devoradores y no dejaba tregua en su empeño por acercarme a donde me negaba con todas mis fuerzas a llegar. Clavaba mis uñas en las paredes carnosas para detenerme y poder escapar, y eso era lo que más le complacía, mi lucha por sobrevivir. Entonces segregaba más excreciones hasta ahogarme y apretaba con fuerza sus paredes juntándolas, haciendo el vacío y hundiéndome cada vez más hacia la oscuridad final, que no era otra cosa que la entrada a la habitación.

Mi pesadilla empezó en ese momento.

La luz se transformó de oscuro tunel rojizo a suave cielo pastel, y las nubes de aquel terrible cielo se llenaron con peces bobos, simpáticos, de labios gruesos permanentemente abiertos, boqueando burbujas vacías de un aire marrón que me envenenaban dulces la boca y los ojos.

Todos los peces nadaban en aquella secreción viscosa hacia mí, despacio, inexorables. Cada uno de ellos era de un color pastel, como queriendo hacer juego con aquel perverso cielo: rosa pálido, amarillo pajizo, verde mar, naranja difuso. Demasiados fijaron su vista saltona sobre mí. Sus panzas se arrastraban por el suelo y su dorsal era alto, sin orgullo. Dentro de ese agua insalubre sudé, temblé de miedo.

Un pez verde sorbió mis pies. No sentí nada. Sólo grité y mi grito se perdió entre el silencio de esas burbujas vacías. Pateé y conseguí soltarme. El pez reventó y todo se cubrió de una masa negra y espesa, y si queréis, llamadme loco porque os voy a asegurar que hasta debajo del agua la pude oler. Todo mi cuerpo se saturó de aquel olor a podrido. Y todo aquella masa podrida se dispersó entre los demás peces que sin cambiar su expresión ni su rapidez en el nado, aprovecharon para nutrirse del que fue su compañero. Parecía como si estuvieran esperando su estallido, como si todos ellos supieran que su fin era estallar y rellenar de negror podrido aquella pecera.

Braceé cuanto pude para escapar de aquella peste y fue cuando noté que de un insoportable tirón me arrancaron un trozo de carne. Casi llorando miré qué me comía. Alcancé a ver, en mitad de un violento remolino una pequeña serpiente con la cabeza hundida en mi estómago devorando todo lo que podía. Y me reí. Me reí en medio de mi llanto porque al ver esa serpiente hurgándome, recordé las imágenes de aquellos espermatozoides que son los primeros en llegar al óvulo, coleando furiosos de puro contento por haber cumplido su objetivo.

Volví a gritar y a dejar escapar burbujas grandes como sandías porque lo que ví se asemejaba a la nube de espermatozoides que queda rodeando el óvulo cuando es fecundado, sí. Pero no se trataba de espermatozoides que morirían al cabo de unas horas aceptando su triste destino, sino de una bandada de compañeras de la que me estaba engullendo dispuestas a sobrevivir a costa de mí.

8 comentarios

mox -

Arca, la verdad es que el besugo verde impone.
Abrazo.
lu, Aquellas serpientes mataban con la verdad, así que entiendo que eran mentiras, sobre todo cuando dice que son más grandes y cuando te encuentras en medio de ellas. Estas mías me mordían ¿Te gusta Silvio?. A mí me encanta. Un beso.
Muralla, que esto sólo fue una mala pesadilla.
Un abrazo abrazao queridiña.
¡¡¡Malasantaaaaa!!! ¿Qué tal?. te hacía fugado en una nave espacial para ver más de cerca el eclipse...
Un abrazo, Mala.
Manuela, mis miedos me persiguen en mi subconsciente, y a veces explotan como pesadillas. Por lo demás creo que es el primer post de terror (aunque no de miedo).
lokura: respira un poco... asíííí,
un poco másss,
asííí...
sal a la ventana y admira un rato el ir y venir de la gente y evádete cinco minutos. Yo, a veces juego a adivinar lo que piensa tal o cual persona.
Besos a mil
besos mil

mox -

Bueno, aclaro que fue una pesadilla que me asaltó una noche, se me quedó grabada a fuego y me persiguió varios días tan real como si estuviera todavía nadando en ella.

lokura -

mi mesa esta atestada de papeles, sufro estres... me via aquedar calva... pero aunuqe paso como las balas te dejo un beso. a mil

Manuela -

Hola.
Ya ves que sí me he atrevido a venir a tu página pero casi me he arrepentido al leer tu post, sobre todo porque son las horas que son y creo que me puedes provocar más de una pesadilla esta noche. Como si no fuera bastante el ser engullido, mordisqueado, devorado, también con lso pulmones llenos de agua, y, encima, ni se marea el tío.
Bueno, a ver si te alegras un poco. A pesar de todo, el terror tiene su no sé qué.
Un saludo

Malasanta -

Hola Mox!

Parece que te pillo en una etapa oscura como la de Goya..... Que miedo de post te ha salido... Bueno, espero que todo vaya bien, la primavera es una estación propicia para las moscas pero tienes que tener cuidado de donde te metes.

Un abrazo Mox.

Muralla -

Me temo que más que historia es una parábola para explicar un penoso hecho...
Bicos.

luces -

me recordó a esa canción "Sueño con serpientes"

Arca -

Nu me ha gustado nada... es que antes solía tener pesadillas con peces y con bichos como el que se daba el banquete. Y nunca eran de colores, pero siempre parecían con las escamas sucias, semipodridas. Con decirte que solo ver el pez verde de la foto ya me ha dado un nuseque.
Vaya malabares que haces con las palabras: cuando quieres hacer reir me parto, cuando quieres que sean tiernas me conmueves, y cuando quieres explicar pesadillas... me das un mal rollo
Abrazo